El complejo de inferioridad hace referencia a un sentimiento de ser inferior a los demás, y vas más allá de un momento puntual de menor autoestima.
Digamos que es un sentimiento estable y duradero en el tiempo y que inunda la totalidad de los aspectos de la persona en su día a día y con respecto a su entorno social, y no tiene por qué tener que ver con una realidad si no más bien con la percepción que la persona tiene de sí misma y de los demás.
Pese a ello, sí que es cierto que las personas con complejo de inferioridad tienden a digerir mal sus fracasos y lo viven de una forma más intensa y con mayor carga emocional negativa. La persona está convencida de que no triunfará en nada que emprenda, lo cual puede ser incapacitante pues el hecho de creer que aquello que haga estará mal hecho, conlleva el dejar de intentarlo.
El médico y psicoterapeuta austriaco Alfred Adler (1870-1937) se hizo famoso por su concepción del «complejo de inferioridad».
Adler concebía al ser humano siempre en relación a las demás personas. Afirmaba que es en la infancia cuando en vez de sentirse aceptado, querido y apreciado, el niño puede llegar a tener la convicción de que «vale menos» que las demás personas.
Para Adler el papel del tipo de educación que hubieran recibido las personas por parte de sus padres era fundamental. Si el modo de educarlos fue inadecuado, conduciría al individuo al «sentimiento de inferioridad«.
Una educación demasiado autoritaria llevaría al niño a no sentirse apreciado ni aceptado.
Una educación demasiado consentidora llevaría a que el niño no aprenda el respeto por los demás.
Y una educación sobreprotectora haría mal al niño por criarse entre algodones.
Algunos de los síntomas más frecuentes de las personas con complejo de inferioridad son:
Sentirse menos que los demás
Creerse con grandes limitaciones
Sentimiento de fracaso
Envidia hacia los demás, los cuales consiguen/tienen lo que la persona no
Tendencia al aislamiento, a alejarse de los demás
Críticas y disfrute con el fracaso de los demás
¿Cómo superar el complejo de inferioridad?
Lo más adecuado a día de hoy pese a que este concepto tenga una trayectoria antigua y procedente de otras corrientes, es la terapia cognitivo-conductual.
Identificar qué pensamientos hay detrás de nuestros actos y qué consecuencias emocionales y sociales tienen, es la base de este trabajo.
Poder cuestionar estas creencias y estos esquemas de pensamiento que tienen que ver con nuestra manera de vernos y de percibir el mundo es básico.
Buscar pruebas de realidad y cambiar estos pensamientos por otros más adecuados es finalmente el camino para el cambio.
Algunos Tips para mejorar nuestra relación con nosotros mismos son los siguientes:
No te compares con los demás.
Evita pensar que los demás son mejores que tú.
Conócete, toma conciencia de tus verdaderos logros y del valor que realmente tienen, pero también de tus defectos verdaderos, sin que esto último resulte frustrante.
Sé consciente de tus limitaciones reales, y proponte objetivos reales que verdaderamente estén a tu alcance y puedas cumplir.
Confía en ti y en tus posibilidades, así como en que mereces los logros que consigues, y no minimices su importancia ni los atribuyas a causas externas;
Tus logros son tuyos, y de nada ni nadie más.
Realiza continuos esfuerzos por manejar tus pensamientos y reconducirlos hacia estas realidades anteriormente nombradas. Que estos nuevos pensamientos sucedan de forma automática, requiere de mucha práctica, no te frustres si desde el principio no fluyen solos, tú eres el único responsable de tus ideas y pensamientos para cambiarlos. El hecho de que hayas vivido experiencias negativas en el pasado no tienen por qué determinar tu presente ni tu futuro.