Hoy vamos a hablar de qué es el Pánico, tanto en su forma de trastorno (Trastorno de Pánico) como en su forma de ataque (ataque de pánico).
El trastorno de pánico forma parte del grupo de trastornos de ansiedad, y podríamos decir que es una forma de ansiedad llevada al máximo extremo. Es decir, si valorásemos el grado de ansiedad que sentimos en un momento puntual, en una escala del 0 al 100, el pánico sería el número 100 de la escala, y más allá de este punto, no existiría nada. (En terapia puntualizaremos sobre este concepto que nos será de gran utilidad).
Cuando sucede un ataque de pánico, la persona siente una perdida total de control sumada a sensaciones de peligro inminente.
Algunos de los síntomas experimentados son los siguientes:
Latidos rápidos del corazón (Taquicardia)
Dificultad para respirar
Opresión en el pecho
Sensación de debilidad o mareo
Sudoración
Hormigueo en las manos
Sensación de irrealidad
Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier lugar o situación y sin previo aviso, y si por algo se caracterizan es precisamente por ese carácter inminente y aumento de ansiedad de 0 a 100 en un corto periodo de tiempo.
A partir de ahí la persona puede tener miedo de volver a padecer otro ataque y empezar a evitar los lugares o situaciones en los que sufrió un ataque o donde piensa que podría sufrirlo y no verse auxiliado.
En algunos casos este miedo es tan grande que las personas que lo padecen evitan totalmente salir de su casa, y por esto puede llegar a ser un trastorno muy incapacitante si no busca terapia a tiempo, viéndose el trastorno de pánico acompañado de Agorafobia (temor intenso a los lugares abiertos y/o públicos acompañados de posibles aglomeraciones y de los cuales resultaría difícil escapar y/o ser auxiliado si la persona lo necesitara)
Desde Psicotraining Madrid tratamos este trastorno con terapias bien establecidas y cuya investigación científica avalan: La Terapia Cognitivo Conductual y Terapia EMDR.
La Terapia Cognitivo conductual asume que el ataque de pánico se desarrolla por un error en la interpretación de síntomas físicos. Ej: mareos y taquicardias son interpretados como signos de un inminente infarto de miocardio. Según esta aproximación , el pánico no está provocado por la sintomatología somática, pero sí por una interpretación incorrecta de ellos.
Es el miedo a los eventos catastróficos (ataque fulminante, ataque al corazón, volverse «loco») lo que amplifica la intensidad de los síntomas físicos, lo cual aumentan la ansiedad, creándose así un circulo vicioso que finalmente aumenta los ataques de pánico.
¿Cómo tratamos el trastorno con terapia cognitivo conductual?
La intervención terapéutica tiene como objetivo primeramente, modificar estas cogniciones, a través de técnicas de «re-estucturación cognitiva» y descondicionamiento (técnicas de relajación, exposición en vivo).
Los síntomas de pánico son considerados como una expresión de recuerdos almacenados de forma disfuncional, los cuales por decirlo así, han quedado atrapados dentro de redes de memoria implícita.
Este modelo considera que las experiencias infantiles adversas que quedaron procesadas inadecuadamente pueden influir en el deterioro de la resiliencia de la persona, aumentando así la vulnerabilidad hacia experiencias estresantes. Algunos estudios han encontrado que los pacientes tienen una disociación entre las cogniciones y las emociones, y esto puede deteriorar la habilidad de procesar con normalidad los eventos estresantes, reforzando aún más los mecanismos disociativos como única forma posible de controlar las emociones abrumadoras.
Por tanto sería esta disociación la que podría facilitar el comienzo del TP y los ataques de pánico. Estudios sobre alexitimia, han encontrado también mayores porcentajes de pacientes de pánico con esta característica, frente a pacientes con otros tipo de trastornos de ansiedad.
¿Qué es la alexitimia?
La alexitimia es la dificultad de poner palabras a los sentimientos.
La persona con alexitimia se caracterizada por (1) Dificultad para identificar y describir sentimientos propios. (2) Dificultad de distinguir entre sentimientos y sensaciones corporales relacionados con la activación emocional. (3) Poca capacidad imaginativa, escasez de fantasias.
Por tanto desde este enfoque, la relación entre trastorno de pánico y disociación, es a menudo traumático. La disociación se explicaría como un mecanismo de defensa contra los recuerdos traumáticos.
¿Cómo tratamos el trastorno de pánico con terapia EMDR?
Desde este enfoque se tratan tanto los recuerdos del primer ataque, como de experiencias infantiles traumáticas relacionadas con sentimientos de inseguridad y del vinculo entrepadre-hijo así como de los roles de los mismos. Así mismo se re-procesan los recuerdos relacionados con las sensaciones somáticas desagradables y las creencias desadaptativas relacionadas con los ataques.
¿Terapia cognitivo conductual o terapia EMDR: cuál elegir?
El elegir un tipo de terapia u otra vendrá determinado por la historia concreta de cada paciente. Una vez valoremos y evaluemos el problema del paciente determinaremos de qué tipo de tratamiento podrá beneficiarse más dependiendo del caso. Así mismo, características concretas de la persona también nos darán pistas sobre qué tratamiento utilizar ( alexitimia, disociación, sentimientos se abandonó en la infancia, etc).
En Psicotraining Madrid, les asesoraremos sobre el mejor tratamiento para él/ella y le informaremos de qué tipo de terapia es la más adecuada para su caso, revisando la utilidad o no de recurrir a una terapia combinada farmacológicamente, con sus ventajas e inconvenientes. De un modo u otro es fundamental que la persona acuda a Terapia para solucionarlo lo antes posible, antes de que se agrave y cronifique.
Sería genial poder llevar contigo siempre tu pequeño botiquín de primeros auxilios psicológicos, y usarlos como quien se pone una tirita cuando le roza el zapato, o como cuando aún con todo el día por delante le duele la cabeza y saca un paracetamol.
Parece sencillo hablar de cuidados o remedios cuando de la salud física de trata. ¿Por qué no hacer los mismo con nuestra salud emocional? Sería ideal poder llevar contigo un pequeño botiquín o una maleta grande invisible (no importa el tamaño, porque cuanto más grande mejor) y utilizar cada uno de esos cuidados en el momento que lo necesites. ¿Qué te parece? ¿Te gusta la idea? Pues es precisamente eso lo que hacemos cuando un paciente acude a nuestra consulta de psicología en Madrid. Proveerle de recursos, herramientas, habilidades, y cuidados en general para que pueda utilizarlos cada vez que haga falta una vez sale por la puerta de la consulta.
Es muy común la idea del psicólogo como un ser impasible sentado mientras el paciente habla y habla durante la sesión sobre sus problemas, pero nada más lejos de la realidad. O al menos desde nuestro enfoque. Acudir al psicólogo no significa pasividad, ni enfermedad mental si quiera. Significa dotarte de recursos. La terapia no dura para siempre, lo que en ella aprendes, sí.
Imaginemos que una persona acude a la consulta con síntomas de ansiedad. Durante la terapia se irá armando de recursos que le ayuden a contrarrestar todos sus síntomas. ¿Qué es lo que aprenderá?
Aprenderá qué es lo que le ocurre y por qué le ocurre.
Aprenderá a respirar.
Aprenderá a relajarse.
Aprenderá a sentir control sobre aquellas situaciones que a día de hoy cree no poder manejar.
Digamos que estas herramientas le servirán a nivel físico para manejar los síntomas (sudoración, palpitaciones, inquietud…) Pero también aprenderá a:
Reconocer qué situaciones le disparan la ansiedad.
Cómo reacciona ella ante dichas situaciones.
Qué alternativas puede haber para reaccionar de otra manera.
Cómo estas alternativas hacen cambiar cada uno de los elementos de la ecuación… (quién haya iniciado ya alguna vez una terapia cognitivo conductual, sabrá con esto a qué nos referimos).
Mucha gente cree, cuando como psicólogos les planteamos que es posible cambiar de manera de pensar, que eso es imposible. Bueno, pues de nuevo ahí otro elemento del que les proveemos.
Cambiar los pensamientos que «no sirven» no significa cambiar de personalidad o forma de ser. Más que nada, porque cambiar de personalidad en una persona sana es prácticamente imposible. Todos tenemos una personalidad y esta es estable, se mantiene a lo largo de los años.
Con esto lo que queremos decir es que por acudir a un psicólogo no vas a cambiar tu forma de ser, tu esencia ni tu personalidad. En todo momento seguirás siendo tú. Un tú pero en versión mejorada, digámoslo así. Lo que hará que mejores será el dejar atrás los pensamientos sobre ti, sobre el mundo, y sobre el futuro, que no te sirven. Los que no te ayudan.
Cambiar de comportamiento, cambiar tus acciones, también es posible.
Negarse ante esta posibilidad es solo fruto del desconocimiento, pero no pasa nada, porque para eso estamos también, para aclarar todas las dudas que puedan surgir durante el proceso terapéutico.
Vamos a poner el ejemplo de un paciente que tenga vergüenza a hablar en público y que ha de presentar un proyecto, una tesis, etc. ¿Qué se llevará consigo? ¡Habilidades!
Confianza, recursos de comunicación, reformulación de sus ideas negativas sobre sí mismo, sobre los demás y sobre esa situación temida, técnicas para rebajar su nivel de activación física.
En fin, no parece poco ¿no? Se va a llevar sin duda todo lo necesario para hacerle más fácil enfrentarse a esa situación. Nosotros se lo transmitimos, él o ella lo pone en práctica. Así funciona. Y una vez que el paciente puede experimentar por sí mismo los cambios, es más fácil tirar del hilo imaginario y continuar el progreso a pasos más adelantados.
Esto es una pequeña explicación sobre qué es un proceso de terapia psicológica. Es un pequeño ápice de lo que acudir al psicólogo significa, pero consideramos que puede ser útil de explicar, al menos cómo desde Psicotraining Madrid lo vemos. Una experiencia activa, participativa, interactiva, cercana…. Un pequeño gran botiquín de primeros auxilios para las dificultades de tu día a día que llevarás contigo para toda la vida.
Algunos cambios serán más visibles y los utilizarás cada día de una manera natural casi sin darte cuenta. Otros, tendrás que poner un poco más de control y esfuerzo, para utilizar en situaciones más complicadas, pero siempre, lo importante será la diferencia en el resultado, tu experiencia de afrontamiento, la desaparición, disminución, o tolerancia del malestar que antes no eras capaz de manejar.
Si tras leer este post te ha surgido alguna duda, puedes contactar con nosotros y estaremos encantados de ayudarte y de animarte, porque si estás pensando en acudir a terapia pero aún no lo has hecho, tan solo necesitas un pequeño empujón para empezar a empoderarte de todas estas «tiritas y pildoritas inocuas» que llevarás en tu bolsillo para siempre.