No es lo mismo dejar a que nos dejen. El fin de una relación siempre es un mal trago, o por lo general, no es un buen momento, ya sea para el que deja como para el que es dejado. En ambas situaciones los sentimientos de culpabilidad, de duda y de inseguridad afloran.
No obstante, el que es dejado, se ve en una situación de privación de su libertad, ya que no es él/ella quien elige dejar de estar con una persona, si no que de pronto, su realidad, su rutina y su vida cambian, sin ser quien lo ha elegido.
Esa realidad impuesta conlleva no sólo dolor, si no un gran desequilibro. Después del shock inicial llega el momento de realizar un reajuste necesario. Probablemente muchas cosas hayan cambiado y, al propio duelo de la pareja, le acompañan hechos cotidianos y simples que ya no son los mismos.
El proceso del duelo
El proceso de duelo lleva su tiempo, lleva sus fases y es necesario pasar por todas y cada una de ellas (Fase de negación. Fase de negociación. Fase de depresión. Fase de ira. Fase de aceptación). Si te han dejado, has de ser consciente de que va a llevar su tiempo.
La primera recomendación es que asumas que pasarás por esas fases, y que identifiques en cada momento, en cuál de ellas estás. Es un reto. Un reto que debes superar.
La regla de los 21 días
Nuestro organismo necesita de 21 días para acostumbrarse a una nueva situación. Ya sea un nuevo trabajo, dejar de fumar o cualquier otra nueva actividad. ¿Por qué no tomarse entonces esta nueva situación como algo nuevo que hay que aprender? Mi consejo es que tomes un calendario y cada día que pase, lo taches. Cada día que pasa es un día menos de pasarlo mal. Es un día más en el que estas aprendiendo a “acostumbrarte” a esta nueva situación. Prémiate por ello.
Haz deporte
Como hemos dicho, el día a día va a cambiar y eso es un hecho. El tiempo que ocupaba la otra persona, ahora está vació de ella. Podemos lamentarnos, o podemos asumir que hay que hacer algo ahora con ese tiempo. En psicología se llama “conducta incompatible” a aquella conducta o actividad que es incompatible con otra, es decir que no podemos realizar a la vez.
El amor es una droga, asume que vas a tener que hacer algo para desengancharte. El ejercicio es un buen método para superar también esta situación. Genera endorfinas (las responsables de la sensación de bienestar), nos cansa, nos desestresa y nos engancha.
Usa el ejercicio físico como conducta incompatible de tantas otras que estén asociadas a la pena o a la anterior pareja.
Experimenta, aprende a hacer algo nuevo
Está claro que nada ni nadie va a sustituir a la ex pareja. Tan sólo se trata de volvernos más adaptativos. Al final, lo importante en esta vida es “funcionar”. Tenemos que seguir para adelante, porque no queda otra. Ninguna actividad nos va a devolver ni los domingos de manta y sofá con aquella persona, ni los viernes de cena y cine, ni tantos y tantos momentos (ni tantas y tantas rutinas). Pero disfrutar es un concepto muy amplio. Y somos capaces de disfrutar con muchas cosas. Eso es así. Asume que “ahora” toca disfrutar con otras cosas, y explora.
Quizás aprender a bailar, no te genere el mismo placer que te generaba aquella persona, pero explóralo. Aprende algo nuevo. Cualquier actividad que te llame la atención o que te la haya llamado en algún momento. Mantén los ojos bien abiertos, porque el placer se viste de muchas formas, que quizás hasta ahora no has conocido, y que es ahora un buen momento para conocer.
Conoce gente nueva
Conocer gente nueva y olvidarte de ti y de tu problema es ahora una buena opción. Salirte de ti un rato para entrar en otros. Las vidas de los demás pueden resultar muy diferentes y puedes de nuevo explorar situaciones o sensaciones nuevas, así como al mismo tiempo, darte cuenta de que tus circunstancias y las de los demás, en algún momento, no son tan diferentes.
De nuevo explora, mantén los ojos bien abiertos, y disfruta de los demás. Conocer y hacer nuevas amistades siempre es un hecho placentero, y ahora es un buen momento para ampliar tu círculo y expandirte en el más amplio sentido.
Cuídate, mejórate
Si hay algo importante que debes hacer es cuidarte, protegerte y descansar. Quiérete a ti mismo/a como nadie te ha querido. No es importante sino que es fundamental. Mímate, y piensa en ti. Esto es una gripe que vas a superar, pero tienes que poner de tu parte. Olvidar es posible, porque ocurre, reestructurar tu vida también. Invierte tus esfuerzos en ello, y mientras dedícate a ti. A cuidarte, a mejorarte. A hacer todo aquello que siempre quisiste y que hasta ahora no hiciste. Como ves, en ningún momento he nombrado la típica frase de “ Ya encontrarás a otro/a, hay muchos peces en el mar”.
¡Y qué más da! Ahora eso no te importa, y a mí, como has podido comprobar, tampoco. Hablo de ti y de mejorarte, para ti, y para nadie más. Es un periodo de crecimiento, del cual saldrás más grande de lo que entraste, si te lo tomas como un reto. El hecho de que un alguien futuro te encuentre, y que tú seas mejor, es tan sólo, una consecuencia de este reto que vas a vivir y que dura un año.
Un año
El duelo, como al principio hemos nombrado, tiene unas fases y dura un tiempo. Evidentemente es algo flexible, y el orden de las fases no siempre es el mismo, así como la duración. Lo importante es completar todas y cada una de las fases, y esto suele llevar 1 año.
Este año de duelo suele comenzar desde el último día que tuviste contacto con aquella persona. Por ello es importante tomarse en serio el proceso, y si es posible, y no es estrictamente necesario, dejar a esa persona marchar, y no iniciar contacto con ella.
Cuando llegue el año, celébralo. Habrás sido valiente. Muy valiente. Y habrás crecido. Son muchos retos y los habrás superado.
Estas son algunas pautas para “el olvido”, y nacen de la experiencia clínica y de los consejos inculcados a pacientes que se vieron en dicha situación y que al seguirlos en terapia, consiguieron superar la ruptura en unos meses y desde el momento uno, comenzar a funcionar. Porque al final, lo que cuenta es adaptarse, y funcionar, todo lo demás, con el tiempo, llega.
Artículo: Tania Soria, Psicóloga especialista en Terapia de conducta y salud
Silvia Fuentes Gómez-Calcerrada
Psicóloga especialista en Psicología Clínica y de la Salud.